Escobar aparece como un personaje profundamente creyente, consciente de que su fe le convertía en “doblemente traidor” a ojos del fiscal militar, que le acusaba no solo de traicionar a la patria sino también a Dios. Esa tensión entre la fidelidad a su conciencia y la dureza de la política de guerra constituye el eje central del relato.

Una historia de honor y tragedia

En las páginas finales, Olaizola reconstruye con crudeza los momentos previos al fusilamiento del general. La dignidad con la que afronta la muerte, la despedida de su hijo y su última firma en la sentencia —“Cúmplase la voluntad de Dios”— convierten el relato en un estremecedor testimonio de coherencia y fe.

No obstante, el autor recuerda en su epílogo que no se trata de un libro de historia, sino de una novela. El relato se apoya en fuentes documentales y testimonios de familiares y compañeros de Escobar, pero su intención es literaria: atenuar, mediante la ficción, la dureza de los hechos reales.

Valor literario

Con un estilo sobrio y directo, Olaizola consigue dar voz a un personaje olvidado por los manuales de historia, ofreciendo al lector una reflexión sobre la lealtad, la fe y el sentido del deber en tiempos de guerra. La obra trasciende el relato histórico para convertirse en una meditación universal sobre la dignidad del hombre ante la injusticia y la muerte.

📖 La guerra del General Escobar es, por tanto, una lectura imprescindible no solo para quienes buscan comprender mejor los dilemas de la Guerra Civil, sino también para quienes valoran la literatura que ilumina la grandeza y fragilidad de la condición humana.